Comienza la
conferencia con una frase dura pero real “Hoy han muerto 100000
personas por hambre”. La pobreza sacude a una gran parte de la
población mundial y precisamente si existe el hambre es por no haber
voluntad política para cambiar esta situación; hablamos del hambre
al igual que podemos mencionar la esclavitud infantil, la trata de
mujeres.. todo ello es negocio y por tanto se antepone a cualquier
moral o ética.
Nos educan
para llevar una vida preestablecida, para entender lo que ocurre en
nuestras fronteras como algo ajeno y de poca consideración. Para no
pensar demasiado, pues en caso de hacerlo, podremos darnos cuenta de
cómo somos manipulados para participar de esa situación,
convertirnos en cómplices de todos esos actos abominables.
Los
intereses político y económicos dirigen el mundo y las guerras son
producto de éstos. Las víctimas de estas acciones al igual que las
cientos de organizaciones que trabajan y luchan cada día son
silenciadas por los medios al servicio de los grandes poderes,
también se desconocen muchas guerras o se nos da información
parcial de los hechos para inducirnos a pensar de una u otra forma
(desinformación).
Entre las
guerras que se libran en la actualidad mencionar el caso de Ucrania,
Irack, Sudán, Egipto, Afganistán, Paquistán, República
Democrática del Congo, Myanmar..
Para la
estrategia de apropiación del territorio, de sus recursos o fuentes
de energía es importante la desintegración de esos pueblos,
paradógicamente esta destrucción es la condición para la riqueza.
Se expone el ejemplo de México donde las bandas armadas y la
corrupción en convivencia con las fuerzas del estado descomponen la
sociedad.
La Primavera
Árabe, si bien partió como protestas populares, en varios países
el asunto creció sistemáticamente y el alzamiento civil tomó un
protagonismo global. En Túnez y en Egipto las rebeliones derrocaron
a los respectivos gobiernos en pocas semanas, pero en países como
Libia o Siria, el gobierno se negó a abandonar el poder. En Libia,
los rebeldes insurgentes derrocaron a las fuerzas gubernamentales
seis meses después del inicio de la revolución.
Desde el mes
de agosto, las fuerzas rebeldes comenzaron a avanzar muy rápido y
para finales de ese mes ya habían tomado la capital Trípoli,
estableciéndose como grandes vencedores. Luego de eso, el ejército
del gobierno comenzó a perder su poder, sobre todo por los continuos
ataques de la OTAN y de países como Estados Unidos y Europa, que
apoyaban totalmente a los rebeldes. Los bombardeos en contra del
gobierno y de sus funcionarios colapsaron al estado e hicieron que
Muamar el Gadafi perdiera el control del país y se vio en la
necesidad de huir. Los rebeldes, en tanto, habían avanzado por todo
el país y lo habían logrado dominar en totalidad. El 20 de octubre
de 2011, Gadafi es encontrado oculto en una guarida, es tomado
prisionero y es ejecutado.
Sin embargo, algunos de los problemas
ocasionados tras la muerte de Gadafi y con el nuevo gobierno son la
pérdida de autonomía económica del país, una mayor presencia del
sector privado en la industria del petróleo, la existencia de
milicias integristas yihadistas que disputan al gobierno el control
de áreas del país, y la contratación de empresas de seguridad
privada como Black Water para hacer el equivalente a las funciones de
control del fronteras.
En 1969 Gadafi derrocó al rey Idris, un
tirano impuesto por Inglaterra y Francia. Declaró querer ser "el
Che Guevara del oriente medio". Ordenó al año siguiente la
expulsión de las bases militares extranjeras de territorio libio.
Estableció el llamado "socialismo islámico" por medio del
cual se buscaba una democracia directa: el gobierno de las masas a
través de consejos populares y comunas.
Nacionalizó las empresas
petroleras y expulsó a los funcionarios norteamericanos, británicos
e italianos que habían dominado y vejado al país durante
décadas.
Gadafi fue inmediatamente catalogado como enemigo de los
Estados Unidos. Libia fue señalado como un estado paria por defender
su derecho a la autodeterminación y la autonomía, lo que para
Mandela fue una muestra de valentía por parte del estado de Libia.
Libia posee
la segunda reserva mundial de agua dulce. Además de rico en petróleo
es un vergel potencial. De hecho produce muchos más alimentos de los
que consume.
Expuesta la
situación anterior y la actual de Libia debería cambiar la tesis
que siempre se nos ha expuesto en los medios.
Los
misioneros se convierten en testigos de lo que ocurre y son los
periodistas los que recurren a ellos. Una religiosa que vivió la
guerra de Libia prestó su testimonio que fue recogido por un
periodista. Contaba la realidad de Libia, un país sumido en el caos
orquestado por según ella Francia, que en 2010 pactó un plan de
guerra bajo las órdenes de Sarkozy. El plan encontró el momento
adecuado para realizarse tras las revoluciones en el mundo árabe de
2011, también la mujer alude a los medios de comunicación que se
encargaron de difundir las mentiras. Los manifestantes durante la
primavera árabe fueron ignorados y los rebeldes opositores del
gobierno de Gadafi fueron los que conformaron más tarde el poder,
precisamente apoyados y dirigidos por Francia. Atendiendo al
testimonio concluimos que las grandes potencias organizan y crean las
guerras que benefician sus interesas, “sorprendentemente”se
relacionan directamente con el caos de los estados.
Un golpe de
estado realizado por miembros del ejército desbancó al presidente
Tunami Turé sustituyéndole Diocunda Traoré, el entonces presidente
del Parlamento de Malí.
Las causas
de esta acción podemos atribuirlas a la escasa atención que el
gobierno de Malí prestó a la rebelión de los Tuaregs, pueblo
bereber cuya marginación cultural y económica llevó a emprender
una lucha política y armada desde 1960 en Níger y Malí, país que
está sufriendo el proceso de islamización de la mano de grupos
radicales con el objetivo de implantar la sharia.
Se menciona
durante la conferencia a Aminata, exministra de cultura en Malí, la
cual denuncia la dominación de Occidente sobre el África negra.
Para mostrar esto en entrevistas se sirve del caso de su propio país
gobernado por dirigentes corruptos a los que critica que sigan las
instrucciones de Washington y Bruselas para que el pueblo africano no
se gestione y organice. Podemos hablar del caso del mercado de
algodón en Malí: Francia decidió que el país se iba a dedicar al
algodón por lo que el dinero prestado se destinaría al mercado de
este producto. El problema es que los precios los fijan en EEUU y
Europa y esto repercute en la incapacidad de competir en el mercado
para el estado africano a la vez que produce que se enfoque la
productividad hacia una industria que no proporciona alimento, en
este caso imperioso por la zona geográfica que tratamos.
Otro caso
es el de Nigeria, un país con una riqueza enorme, que a pesar de las
guerrillas, guerras civiles.. es uno de los países que más crecen
en el mundo, como dato anecdótico podemos destacar su sector
cinematográfico que solo se encuentra por detrás de Bollywoood.
Ante todos
estos casos podríamos mantener una visión realista que nos llevaría
a pensar en los intereses y en la constante lucha de todos contra
todos, pero sería equivocado no reflexionar sobre cómo se ha
llegado a esa situación desde una visión más global atendiendo a
las estructuras globales de dominación. Como ejemplo recurro al caso
de la guerra de Ucrania. La guerra civil del este de Ucrania es una
serie de enfrentamientos armados sucedidos en las regiones del este
de dicho país desde abril de 2014, como reacción contraria al
Euromaidán (de índole europeísta), que se produjeron tras las
protestas prorrusas en este país y la declaración de independencia
de Donetsk y Lugansk.
Se venden
los conflictos en el mundo como conflictos ideológicos pero como en
el caso de Ucrania se esconden los intereses por las reservas de gas
y petróleo en el mar Negro que se encuentran en el país ucraniano.
A pesar de
no salir en los medios de comunicación existe cooperación entre
aquellos que profesan distintas religiones, podemos citar el ejemplo
de los musulmanes y cristianos en Egipto durante la Primavera Árabe.
En la plaza Tahrir, sede central de las protestas contra el régimen
de Hosni Mubarak, ambas religiones se manifiestaban al unísono y
entonaban "Musulmanes y cristianos, no importa. Todos estamos
juntos en el mismo barco". Otro ejemplo de cooperación y no
violencia es el del Oasis de Paz, situado en Israel este poblado
fundado en 1977 por Bruno Hussar, judío egipcio convertido en padre
dominico, cuenta con cincuenta familias, una mitad judías y la otra
árabe, tanto cristianas como musulmanes. Aprendieron a vivir
indiferentemente de su origen o religión.